Basta de criminalizar a las mujeres. Aborto libre, seguro y gratuito
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Hemos visto en las últimas semanas cómo el tema del aborto terapéutico ha estado en todos los medios, e incluso, ha sido presentado un proyecto de ley por representantes parlamentarios de sectores políticos del país de marcado conservadurismo. Aprovechando las circunstancias políticas dadas por las declaraciones de una conocida periodista, cuya tribuna estaba asegurada por ser un rostro reconocido.
Y hemos escuchado con estupor cómo la discusión se parcializa y se estanca en el debate sobre la vida o no del feto. ¿Qué pasa con la vida de las mujeres, las mujeres perdemos acaso las garantías individuales al embarazarnos y pasamos a convertirnos en “envases” reproductores que carecen de dignidad?
El aborto fue en Chile hasta los primeros años de la década del ’80 una respuesta sanitaria, cuando muchas veces otros métodos han fallado, cuando existe embarazo a causa de una violación, cuando la vida del feto era inviable. Como un derecho de las mujeres.
¿Por qué las mujeres necesitamos tutela al momento de tomar decisiones que tienen que ver con la autonomía y soberanía sobre nuestros cuerpos?. No debemos ser nosotras mismas las que tomemos la decisión, si nos obligan a responsabilizarnos de llevar a término un embarazo no deseado por las razones que sean y hacernos cargo a costa de la propia vida. Y luego asumir el cuidado con todo lo que implica una vida precaria de otra/o ser. Las mujeres no debemos ser encarceladas y criminalizadas por defender el derecho a la vida de nosotras mismas, las que muchas veces somos responsables de otras vidas.
La invitación es a repensar el tema del aborto, que por lo demás constituye una problemática social que sólo el movimiento feminista ha puesto en el debate. Un proyecto de ley y su promulgación que garantice la plenitud de los derechos y libertades para todas las mujeres es importante, pero aún más, la corresponsabilidad de la sociedad en su conjunto, que considere a las mujeres como sujetas de derecho y no objeto de reproducción, olvidando las afecciones emocionales y psicológicas que conlleva someterse obligadamente a cargar con un embarazo que no se desea.
